Los guisantes son deliciosos y gustan a mayores y pequeños, pero tienen una pega: cuando los escurres de su agua de cocción se arrugan y su aspecto no resulta apetitoso. Para evitarlo solo tienes que seguir este consejo: apaga el fuego unos minutos antes de finalizar la cocción y déjalos enfriar en el mismo agua; ganarán en presencia.
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