En frutoterapia es la encargada de limpiar el riñón. Debe consumirse fresca y fría ya que una vez abierta genera toxinas muy rápidamente. Su pulpa es mineralizante, ayuda a limpiar los tejidos y baja la fiebre. Por sus poderes diuréticos es muy recomendable para quienes padecen de próstata o incontinencia urinaria, así como para quienes tengan gota, reuma o ciática.
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