Cuando compres judías verdes
debes de observar que tengan un aspecto fresco, terso, sin manchas y que este
jugosas. Puedes conservarlas en el frigorífico, en el cajón destinado a las
verduras, pero procura utilizarlas pronto para que no pierdan sus propiedades
vitamínicas. Para prepararlas, corta los extremos y quita las hebras con un
cuchillo muy afilado o un pelapatatas. Para conseguir que no pierdan su color
verde durante la cocción, calienta agua en una cacerola y cuando comience a
hervir añade la sal y las judías y cuécelas destapadas. Al cabo de 10-15
minutos (depende de lo tiernas que sean, pero procura no cocerlas demasiado),
escúrrelas y pásalas varias veces por agua fría o mételas en un recipiente con
agua y cubitos de hielo.
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